Agroseguro, 40 años protegiendo al campo español
El gran problema de vivir del campo es que todo depende de lo que venga, o deje de venir, del cielo. Todo depende del frío, el calor, la lluvia, la nieve o el viento; todos ellos, elementos que el hombre no controla. Por ello la prioridad respecto de agricultores y ganaderos es la estabilidad de sus rentas. Algo en lo que trabaja desde hace 40 años, Agroseguro.
Si por un lado tenemos un elemento inestable: las rentas de los agricultores; y, por otro, un elemento que, en esencia, sirve para estabilizar lo que es demasiado volátil, como es el seguro, ¿cuál será la conclusión? En efecto: la mejor idea que se puede tener es hacer que seguro y sector primario se conozcan, colaboren, se entiendan. Una institución como el seguro español tiene, literalmente, la capacidad de asumir riesgos por valor de billones de euros; ¿por qué no hacer que proteja el valor de las cosechas y producciones? ¿Por qué no hacer que el seguro elimine la incertidumbre vinculada a un pedrisco, o a un año de sequía?
Esta misma pregunta se la hicieron fuerzas políticas e interlocutores sociales hace ahora cuatro décadas, en el marco del proceso que conocemos como Pactos de la Moncloa. La creación de un sistema articulado de seguros agrarios fue una de las decisiones que se tomó en aquella mesa donde tantas decisiones, y tan positivas para el país, se tomaron. El Plan de Seguros Agrarios funciona, básicamente, como una red de cobertura a las producciones agrarias y pecuarias frente a la práctica totalidad de los riesgos que las amenazan. Esa red de cobertura se instrumenta a través de seguros operados por aquellas entidades interesadas en estar presentes en el negocio, además del Consorcio de Compensación de Seguros para los riesgos catastróficos.
Todo el sistema está vertebrado y monitorizado por el poder público, que asimismo subvenciona el pago de los seguros por parte de agricultores y ganaderos. Se trata, por lo tanto, de un sistema de colaboración público-privada en cual el Estado vehicula una ayuda al sector primario, el sector asegurador hace lo que sabe hacer, y el ganador de la partida es el agricultor y ganadero, que ya puede mirar al cielo con otra cara.
El Plan de Seguros Agrarios cubre las producciones agrarias y pecuarias frente a casi todos de los riesgos que las amenazan
La clave de la eficiencia del sistema es que Agroseguro, con la experiencia que le avala, gestiona el día a día de los seguros: la comunicación de percances, la peritación de daños, el pago de las prestaciones, la prestación de los servicios, etc. Agroseguro no es propiamente un asegurador, sino un pool que gestiona en nombre de los aseguradores desde la operativa de la contratación, hasta la asunción del riesgo, pasando por el diseño de los productos.
Este año de 2020, Agroseguro cumple 40 años o, nunca mejor dicho, 40 primaveras; y también inviernos, otoños y veranos. Años en los que ha pasado de todo, en los que ha habido, como en el campo, ejercicios fáciles y ejercicios muy, muy complicados. El sistema de seguros agrarios, no obstante, siempre ha funcionado; no sólo eso, sino que ha crecido constantemente, ampliando cada vez más el porcentaje de producción protegida. Y, en la cúspide de la pirámide, Agroseguro ha acumulado cuarenta años de servicio al sector primario español.
Cuatro décadas muy bien cumplidas.