«Con el Big Data se puede obtener un conocimiento más profundo del cliente»
Luis Valverde, director de Consultoría e Innovación en Tirea (Tecnologías de la Información y Redes para las Entidades Aseguradoras), nos cuenta qué ha supuesto el Big Data para la industria aseguradora.
¿Cómo ha afectado el desarrollo tecnológico de la última década al servicio que ofrecen ahora mismo las aseguradoras?
En la última década, el sector asegurador ha vivido uno de los períodos más activos en lo que se refiere al desarrollo tecnológico.
La expansión de internet en España, pasando desde una penetración del 38% en el 2006 a un 80% en el 2016, la universalización del teléfono móvil y, en concreto, del smartphone como punto de acceso y comunicación con el cliente, las redes sociales como ecosistema para conocer, compartir y relacionarse no sólo entre personas sino también entre éstas y las marcas y, ya en la actualidad, la irrupción de las tecnologías relacionadas con el fenómeno del Big Data, los robots y la Inteligencia Artificial, han supuesto para la industria aseguradora un reto de adaptación y adopción que sólo con el devenir de los años podremos valorar en su justa medida.
Todos estos desarrollos tecnológicos han permitido a las compañías aseguradoras mejorar su relación con los clientes y hacer más eficientes sus operaciones, en definitiva, mantener su competitividad en un entorno económico complejo.
Hoy en día, no hay entidad aseguradora que no esté en internet ofreciendo productos o prestando servicios para sus asegurados, incluso permitiendo realizar operaciones 100% digitales (sin la intervención de una persona física al otro lado de la línea), o participando más o menos activamente en las redes sociales para comunicarse con sus asegurados o potenciales clientes, conociéndolos mejor y creado una relación más intensa y duradera entre ellos y la marca.
Desde el punto de vista de las operaciones, dichos desarrollos han permitido la automatización de muchas de las actividades que anteriormente se hacían manualmente disminuyendo el coste asociado a las mismas (un ejemplo, de esta casuística es la generalización de la factura electrónica en las relaciones entre prestadores de servicios y aseguradoras).
Igualmente, han supuesto una mejora en la toma de decisiones, a través de sistemas que permiten no sólo capturar mucha más información sino explotarla de una manera más ágil para ayudar a la entidad a mejorar sus procesos de decisión (por ejemplo, ofreciendo en tiempo real un scoring de riesgo en el momento de la suscripción de una póliza que permite a la entidad discriminar mejor los riesgos y, por tanto, tarificar de una manera óptima los mismos).
Todos estos desarrollos tecnológicos han permitido a las compañías aseguradoras mejorar su relación con los clientes y hacer más eficientes sus operaciones
Por último, han transformado los propios servicios y productos que puede ofrecer la compañía a sus clientes, atendiendo a nuevas necesidades como el uso compartido de riesgos (coches, viviendas …), el pago por uso de dichos riesgos (coche conectado y las conocidas pólizas UBI o el uso de una bicicleta pública), el aseguramiento de “cosas” o “momentos” importantes para el cliente (ejemplo, TROV, una start-up con sede en EEUU nacida este año y que ya tiene asegurados más de 1 millón de “cosas”).