Conoce el seguro de Obra Civil y sus coberturas
En España hay actualmente obras civiles aseguradas por valor de unos 8.900 millones de euros. La construcción de infraestructuras es una labor constante y necesaria para permitir la prosperidad de un país; pero habitualmente construir una infraestructura supone, también, exponerse a unos riesgos que deben ser mitigados para que, de esta manera, dicha construcción no sea prohibitiva en términos de coste. Ahí es donde entra a actuar el seguro.
El seguro de obra civil se fija fundamentalmente en el daño, en las dos grandes formulaciones en que se puede presentar. Uno es el daño propio, esto es, aquél que representa un problema (normalmente, una pérdida económica) para el contratista que está construyendo la infraestructura (el seguro puede llegar a cubrir también a los subcontratistas). La otra gran categoría de daño es el que se produce en la persona de terceros, sean estos daños personales o sufridos por propiedades u objetos, siempre por causa de la construcción.
En el caso de los daños a terceros, hay que tener en cuenta que, como se dice técnicamente, la responsabilidad del contratista es tanto subjetiva como objetiva; palabras que quieren decir que para que sea responsable de reparar un daño no hace falta que haga algo mal o se equivoque: es también responsable de los daños que cause con su actividad normal, aun habiendo puesto en juego todas las precauciones posibles para no causarlos. De esta forma, cuando la construcción de una infraestructura le causa un daño a alguien, ese alguien siempre lo verá reparado.
El contratista es también responsable de los daños que cause con su actividad normal aun habiendo puesto precauciones
El seguro de obra civil suele ocuparse de este tipo de daños en muy diversas causas. Se cubren los daños provocados de forma fortuita o por causa de fuerza mayor, lo cual incluye obviamente los supuestos catastróficos (como un terremoto). También se cubren los casos en los que se ha producido una negligencia, si bien conviene tener en cuenta que en este caso es posible que el seguro no corra con los gastos derivados de los daños propios.
Como ya te hemos sugerido, la función principal de asegurar una obra civil no es otra que aportar certeza y seguridad en una operación por definición un tanto arriesgada como es la construcción de una carretera, de un puente o de un túnel. Si el seguro de obra civil no repartiese los riesgos de daños inherentes a estas construcciones entre muchas de las que se producen, cada uno de los contratistas tendría que velar por su cuenta por tener recursos suficientes para pagar los daños sufridos o causados.
Tenemos infraestructuras a un coste eficiente y, además, todo aquél que resulta dañado por ello recibe su compensación
En consecuencia, pediría más dinero por construir la misma carretera y, como las carreteras se pagan con nuestros impuestos, seríamos nosotros los que acabaríamos por rascarnos el bolsillo.
De esta manera, sin embargo, el sistema funciona de otra forma: tenemos infraestructuras a un coste eficiente y, además, todo aquél que resulta dañado por ello recibe su compensación.