¿Qué cubre un seguro dental? La salud de tu boca es fundamental ¿Qué cubre un seguro dental? La salud de tu boca es fundamental

¿Qué cubre un seguro dental? La salud de tu boca es fundamental

A caballo regalado, no le mires el diente. Este antiguo refrán es una buena prueba de que, de toda la vida, las personas hemos considerado que una de las mejores formas de juzgar la salud de un ser vivo es observar su dentadura. Lo que vale para los equinos vale para los humanos, y es por eso por lo que uno de los signos de que una persona, a primera vista, goza de buena salud es el buen estado que su boca presenta.

El que tiene boca no se equivoca, si la cuida.

No sólo el aspecto de tu boca es importante, sino que, si su situación no es buena, pueden padecerse en el futuro dolencias en otras partes del cuerpo tales como lesiones musculares, artritis, gastritis, infarto de miocardio, etc. Aparte, pues, de que el dolor de muelas es insoportable, no hay que olvidar que hay un montón de movidas de la salud que empiezan en la boca.

Para garantizarnos una boca sana, por supuesto, tenemos que mantenerla limpia y razonablemente a salvo de bacterias y todo eso. Pero aparte de la buena higiene que podamos profesarle a nuestra boca, en muchas ocasiones surgirán circunstancias por las que tendremos de ir al dentista para algún tratamiento de mayor seriedad. Y en estas ocasiones no sería mala idea preguntarnos qué cubre un seguro dental.

¿Qué cubre un seguro dental?

El seguro privado es una buena herramienta para evitar, cuando menos, este último dolor.

Por un precio que es comúnmente bastante reducido – menos de diez euros al mes –, puedes disponer de un seguro dental

Por un precio que es comúnmente bastante reducido – menos de diez euros al mes –, puedes disponer de un seguro dental. Un seguro dental no te va a asegurar que sigas teniendo dientes siempre, pero te proporcionará cobertura para todas aquellas lesiones que en tu boca se pudieran producir; cobertura que incluirá cualquier tratamiento que necesites utilizando los mejores estándares de calidad en cuanto a materiales odontológicos y con la atención, en todo caso, de profesionales de alta cualificación.

El dentista es ese señor, o señora, que a todos nos ha asustado al menos una vez en la vida. Ir al dentista es un capítulo, aunque con el tiempo se va volviendo una experiencia cada vez menos traumática. Sin embargo, hay otro dolor que producen las visitas, aunque no sea físico, que es el provocado por el coste de las consultas. Muy a menudo, ir al dentista no es barato porque los equipos y tratamientos que han de usar estos profesionales tampoco lo son.

Con un seguro dental, pues, lo del dolor en las encías lo tendrás que seguir negociando con el dentista; pero al menos el segundo dolor, el de pagar la factura, será para menos.