El seguro no tiembla con los terremotos
¿Se aseguran los terremotos, o son demasiado dañinos para hacerlo? La respuesta es clara: el terremoto es un riesgo que se puede asegurar, en todo el mundo. Ciertamente, las pérdidas que puede provocar un terremoto, sobre todo eso que llaman un Big One, pueden ser muy elevadas; pero en favor del aseguramiento está el hecho de que se trata de sucesos relativamente frecuentes y, los más graves, muy poco frecuentes.
En todo el mundo hay distintos mecanismos para asegurar terremotos. Pero en España se hace de una forma muy especial y efectiva, estructurada en torno al Consorcio de Compensación de Seguros. Como ya te hemos contado, el Consorcio se financia a través de unos recargos establecidos sobre todos los seguros de determinados tipos, como los de hogar. Con el dinero obtenido a través de estos recargos se constituye una reserva que, llegado el caso, la institución utiliza para indemnizar los daños en personas y bienes asegurados causados por riesgos extraordinarios. Y entre esos riesgos se encuentran, cómo no, los terremotos.
Este sistema es un esquema de solidaridad interna, puesto que los recargos no discriminan unas zonas de otras. Se evita, de esta manera, que las personas que residen en zonas de mayor riesgo sísmico tengan que pagar más que otras. Además, como los riesgos extraordinarios no suelen estar correlacionados, las zonas con mayor riesgo sísmico se compensan con las de mayor riesgo de inundación, vientos fuertes o atentados terroristas.
Es en los daños a los bienes es donde, en los últimos 30 años, se ha percibido con más fuerza la sacudida de los terremotos. Hasta 2020, los seísmos han generado en España la tramitación de 43.513 percances y el pago, por parte del seguro, de 551 millones de euros. El peor de los años desde 1971 ha sido 2011, el año de Lorca. Este terremoto acumula, él solo, 521 millones euros indemnizados por el Consorcio (de esta cantidad, 504 millones se pagaron el mismo año del temblor).
Además, el Consorcio ha abonado 2,4 millones de euros en indemnizaciones a 24 familias por daños personales por causa de terremoto. Estos pagos se han dado tanto en España –donde los daños personales por esta causa son afortunadamente raros–, como en el extranjero –puesto que el seguro de riesgos extraordinarios cubre los daños personales de los asegurados en España en cualquier parte del mundo–.
La gravedad que pueden alcanzar los terremotos queda patente cuando se compara con otros sucesos adversos. El terremoto de Lorca es el tercer suceso catastrófico más grande sufrido en España en medio siglo. Se encuentra sólo por detrás de las inundaciones del verano de 1983 en el País Vasco (846 millones de euros) y de la tempestad ciclónica atípica (TCA) Klaus, de enero de 2009 (566 millones).
Los seísmos, pues, son una realidad que lo mismo pueden pasarse muchos años generando unos costes bajos o incluso inexistentes para, de repente, plantear un reto económico de grandes dimensiones.
Afortunadamente, en España no hay que acordarse de Santa Bárbara cuando truena, ni siquiera cuando no truena; todo lo que hay que hacer es asegurarse. Recuerda: con un contrato de seguro en la mano, aquello que poseemos está protegido si la tierra tiembla, o si ocurre alguna otra catástrofe.