Como no es lo mismo asegurar la construcción de un puente que la de una planta de energías renovables, en el trabajo de Ramón nunca hay dos días iguales. Su función es precisamente analizar las particularidades de cada proyecto, ya sea de construcción o de ingeniería, y encontrar así la mejor forma de asegurarlo. Las labores de producción, las reuniones internas y los encuentros con clientes, centran sus días en un puesto de trabajo en el que asegura haber encontrado el equilibrio perfecto entre la vida personal y profesional.
De hecho, para Ramón, las escuelas técnicas no contemplan los seguros como una salida profesional. En su opinión, esto es un error porque esta industria representa una excelente opción laboral: “aquí se cuida a las personas. Hay estabilidad laboral y posibilidades reales de desarrollo profesional”.