Así me ayudó el seguro de salud a tratar mi grave enfermedad Así me ayudó el seguro de salud a tratar mi grave enfermedad

La coordinación de la sanidad pública y privada fue clave para salvar mi pierna

Ha dedicado más de 40 años al periodismo económico, la mayor parte de ellos en el periódico La Vanguardia, donde fue redactor jefe y editorialista, pero nunca pensó que el sector sobre el que tantas veces había escrito, el asegurador, acabaría vinculado a él de forma personal. Mariano Guindal, que ya nos contó su experiencia con los seguros de viaje en un atropellado viaje familiar a la India, nos explica hoy cómo su seguro de salud fue determinantes para tratar una grave enfermedad.

¿Por qué decidió contratar un seguro de salud privado?

Gracias a la negociación colectiva, la plantilla del periódico en el que he trabajado casi toda mi vida, La Vanguardia, disponíamos de un seguro de salud privado que sufragaba la empresa. Conté con él los 40 años que trabajé allí, aunque afortunadamente nunca tuve que utilizarlo. Al jubilarme, llegué a un acuerdo con la compañía para seguir con el seguro, pero pagándolo yo. Fue la mejor decisión que pude tomar.

¿En qué momento tuvo que hacer uso de su seguro?

Yo había tenido un cáncer de próstata y lo había tratado con éxito en la sanidad pública, pero pasados ocho años, apareció un segundo cáncer. Esta vez era un sarcoma en la pierna derecha. El pronóstico era muy grave, tanto que los especialistas me aconsejaron tratarlo en la clínica más especializada de Madrid en este tipo de dolencias, un centro privado. Se trataba de una operación muy cara, un tratamiento prácticamente experimental… y mi seguro accedió a costearlo.

«Se trataba de una operación muy cara, un tratamiento prácticamente experimental… y mi seguro accedió a costearlo»

En principio el tumor no era operable y había que amputar la pierna… pero el equipo médico, respaldado por la aseguradora que dio luz verde, decidió probar con el tratamiento e intentar evitar una amputación. Todo fue gracias a que mi seguro me autorizó a hacer esa operación que era casi experimental. Esto fue para mí algo enorme.

«Fue el propio equipo de oncólogos que me trató en la sanidad pública el que me recomendó un tratamiento privado que podía dar un giro a la operación a la que debía someterme»

En su caso, para realizar el tratamiento, se produjo una colaboración entre la sanidad pública y privada, ¿no es así?

Por supuesto, la ventaja está en que los oncólogos de la pública y la privada se conocen, de hecho, fue el propio equipo de la sanidad pública (que ya me había tratado con éxito el cáncer de próstata) el que me recomendó este tratamiento privado que podía dar un giro a mi caso. Empecé el tratamiento en el hospital público de La Paz, y luego para realizar la radioterapia que era muy especializada, me aconsejaron tratarme en la clínica privada, ya que contaba con un seguro que podía sufragar los gastos. Podemos decir que existe una colaboración más allá de lo que puedan establecer las leyes o las normas.

¿Considera que el seguro que contrató cumplió con las expectativas?

Por supuesto. Soy consciente de que, como consumidores, a veces tenemos la sensación de que la aseguradora no nos ofrece tanto como nos gustaría, pero no fue mi caso. A partir de la operación que me salvó la pierna, todo fueron gastos por los efectos secundarios. Hubo que operar la otra rodilla porque me rompí el menisco por efecto de la carga. Además, el primer cáncer, de próstata, se reactivó y hubo que seguir haciendo pruebas, análisis, preparar toda la ofensiva para frenar el avance del cáncer…y así he estado 8 años de mi vida luchando contra esta maldita enfermedad y con unos gastos médicos muy elevados, no sólo los gastos hospitalarios sino los tratamientos, los seguimientos… y nunca he tenido un problema. Hoy me siento totalmente protegido y además protegido por las dos vías, la sanidad pública y privada.