La experiencia es un grado: también en la conducción
Hay una sensación que todos los que nos sacamos el carné hemos tenido, o tendremos: esa sensación de que, el día que aprobamos, ya somos conductores.
Al fin y al cabo, a muchos ese aprobado les ha costado un número nutrido de clases teóricas y prácticas, quizás alguna convocatoria fallida. Además, está el hecho palmario de que, si la Administración dice que podemos conducir, es que somos conductores.
Lo cual es verdad. Pero sólo a medias.
Conducir es algo complicado en lo que hay que poner los cinco sentidos y en lo que, además, la experiencia es un grado. Nada sustituye a lo que el cerebro humano aprende conduciendo, y por eso, conforme se acumula tiempo de experiencia, se es mejor conductor. ¿En qué medida? Pues aquí te lo vamos a contar.
En la tabla de este post hemos colocado el multiplicador de probabilidad de accidente (leve o grave) que tiene un joven conductor en sus primeros años de carné respecto del que tiene ya 10 años o más de experiencia como conductor (piensa en tus padres, sin ir más lejos).
Nuestras estadísticas, que puedes creer son bastante más que completas, desvelan que un conductor (o conductora) que se monta en un ciclomotor con menos de un año de carné tiene 10 veces y media más probabilidad de darse un golpe que un ciclomotorista con más de diez años de experiencia.
Un conductor de ciclomotor con menos de un año de carné tiene 10 veces y media más probabilidad de darse un golpe
El riesgo es el triple para el conductor novel de moto, cinco veces y media para el de escúter, y de nuevo el triple para el de turismo. En general, las cifras demuestran que, sea cual sea el vehículo que uno conduzca, a más años de experiencia al volante, menos probabilidad de piñazo.
A ver si tienes suerte y tus padres no leen este post.
