La importancia de la detección precoz en el cáncer de mama
El 19 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cáncer de Mama, un día más en el calendario para quién no lo ha padecido, pero una jornada marcada a fuego para aquellas mujeres que lo sufren o que tienen algún caso cercano. Y son muchas. Porque una de cada ocho mujeres tendrán cáncer de mama en algún momento de su vida. Una incidencia altísima. No en vano, se trata de la primera causa de mortalidad por cáncer en mujeres. Por fortuna, la detección precoz aumenta notablemente las posibilidades de curación. Y de ahí, lo del “Día de”, para concienciar de la importancia de estar alerta.
En España se diagnostican alrededor de 33.307 nuevos tumores en las mamas cada año, lo que quiere decir que cada 15 minutos una mujer recibe la temida noticia: es cáncer. Lo importante, lo vital, es que si se detecta en su etapa inicial, el indice de curación es casi de 100 % . ¿Y qué puedes hacer para detectarlo en su primer estadio? Lo mejor, lo más fiable, son las revisiones médicas periódicas y muy especialmente si estas incluyen una mamografía. Se sabe que gracias a las revisiones periódicas con ecografía de mamma y mamografía se reduce la mortalidad del cáncer entre un 15 % y un 30 %. Hablamos de un cáncer que no siempre da la cara, de hecho, muy rara vez se aprecia físicamente.
La mamografía confirma el 90% de los casos en fases precoces.
La mamografía consiste en una radiografía de las mamas capaz que permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que sean palpables y cuando aún no han invadido en profundidad ni se han diseminado a los ganglios ni a otros órganos. A eso es a lo que se llama diagnóstico precoz.
Cuando el tumor se detecta en estas etapas iniciales, no solo aumenta la probabilidad de curación sino que además es posible aplicar tratamientos menos agresivos, que dejan menos secuelas físicas y psicológicas en la mujer.
Hay algunos mitos sobre las mamografías, como que duelen. Por supuesto, no es cierto. La dosis de radiación empleada en la mamografía es mínima, por lo que resulta inofensiva y en muy pocos casos llega a doler. Normalmente, lo único que notarás es la presión que ejercen las placas de plástico transparente sobre los senos.
A partir de los 40 años se recomienda realizar revisiones con mamografía cada 1 o 2 años, y pasados los 50, pruebas anuales, ya que se trata de una edad de mayor riesgo. Además la mamografía es una prueba menos sensible en mujeres con mamas más densas, como suele ocurrir entre las que son más jóvenes.
Aunque no está de más, no se aconseja como único método de detección la realización de autoexploraciones. Ya que, como decimos, no siempre se aprecian síntomas de ningún tipo, aunque a veces se dan algunos como el cansancio, el dolor óseo localizado, la molestia en la palpación de la mama. No obstante, está bien que conozcas tus propios senos y que si notas alguna anomalía, acudas al médico.
¿Qué tipo de anomalías puedes apreciar?
- Cambio en el tamaño de las mamas
- Irregularidades en el contorno
- Menor movilidad de las mamas al levantar los brazos
- Alteración en la piel de la mama
- Cambios en el pezón, como el hundimiento
- Nódulos en el pecho o en la axila
En el día de la concienciación contra el Cáncer de Mama, recomendamos llevar hábitos de vida saludables, comer sano, realizar ejercicio físico y, por supuesto, acudir a revisiones periódicas, a ser posible, con mamografía.
Fuente: Asociación Española Contra El Cáncer