Los 3 elementos clave que garantizan la innovación en el seguro
El seguro evoluciona en función de las necesidades de sus asegurados y, para lograrlo, pasa por una constante transformación. En plena revolución digital del siglo XXI, hay tres elementos en torno a los cuales giran la innovación en el sector asegurador:
Inteligencia artificial
Las tecnologías basadas en inteligencia artificial (IA) figuran entre las que más están revolucionando la operativa del seguro. En la actualidad el sector utiliza, en mayor o menor medida, soluciones de IA para mejorar la experiencia de sus clientes.
Las entidades facilitan el uso del seguro a través de asistentes virtuales. También mejoran la velocidad y eficiencia de sus servicios gracias a herramientas que, entre otras cosas, reducen los plazos de asistencia como es el análisis de imágenes para el diagnóstico de enfermedades o de los daños en un vehículo accidentado.
En segundo lugar, la IA permite conocer mejor al cliente, ofrecerle productos más personalizados y anticiparse a sus necesidades prediciendo escenarios. La IA aprovecha la información acumulada por diversos dispositivos conectados para adelantarse y realizar propuestas: móviles, pulseras de actividad física, coches inteligentes que recogen información sobre nuestros hábitos de conducción, etc. Esta valiosa información permite la máxima personalización de productos.
Según la consultora internacional GoblalData, el 67% de las empresas de la industria de seguros utiliza actualmente IA, y el 90% cree que la IA tendrá una influencia disruptiva en el sector en los próximos años.
Para garantizar la máxima confianza de los clientes en el uso de la IA por parte de las aseguradoras, UNESPA se encuentra comprometida en la promoción de la innovación y la transformación digital desde un enfoque basado en los principios de la ética, la responsabilidad y la transparencia, teniendo muy presente las recomendaciones emitidas por instituciones y organizaciones nacionales e internacionales en cuanto al uso ético de las nuevas tecnologías.
Big data y machine learning
Para que la Inteligencia Artificial pueda desarrollar soluciones beneficiosas para los asegurados, necesita de un alimento imprescindible: el procesamiento de datos y su posterior interpretación a través de machine learning. Gracias al procesamiento de grandes cantidades de datos, el seguro puede establecer patrones que, de otra forma, pasarían inadvertidos. Estas nuevas tecnologías hacen posible aprender y desarrollar nuevos modelos de negocio que se ajusten a las demandas cambiantes de la sociedad, como la posibilidad de cubrir riesgos hasta ahora desconocidos.
Los datos permiten una mayor personalización de los productos y esto se traduce en mayor transparencia para los clientes, que podrán acceder a coberturas y ofertas más adecuadas a su perfil.
El análisis de los datos, además, maximiza la eficiencia de los procesos internos de las aseguradoras, automatizando ciertos procesos básicos y rudimentarios, permitiendo que los empleados se centren en tareas de mayor valor añadido para el cliente. El big data, por lo tanto, mejora la eficacia general del equipo asegurador.
Blockchain
Como ya te hemos contado en este blog, la tecnología blockchain revoluciona la forma en que empresas de todo tipo y consumidores se relacionan. Esto, evidentemente, alcanza también al sector asegurador. Esta tecnología permite registrar y verificar la veracidad de cualquier tipo de transacción online entre dos o más partes. El blockchain, por lo tanto, permite dejar constancia de cualquier intercambio de información y, con ello, posibilita mejorar la seguridad, eficiencia y transparencia de la industria aseguradora. Su desarrollo tiene un gran potencial en actividades rutinarias del sector asegurador como son la firma de contratos, la gestión de reclamaciones, los pagos o, incluso, la detección de intentos de fraude.
Todas estas tecnologías forman ya parte del día a día de las aseguradoras y, a medida que posibilite la creación de nuevas y mejores herramientas, éstas se irán introduciendo en la vida de los asegurados. El resultado es claro: el seguro podrá ofrecer servicios más eficaces y los clientes estarán mejor protegidos. Todo ello siempre y cuando la normativa que se prevé adoptar en este ámbito acompañe al desarrollo de estas nuevas tecnologías y no supongan un lastre a su expansión.