Qué pasa si me tomo un ibuprofeno en mal estado
El seguro, ya te lo hemos contado, está detrás de todas las cosas que consumes. Dicho esto, probablemente detrás de pocas cosas está más que de las medicinas. En el largo proceso que se produce hasta el momento en el que te tomas la pastilla (el desarrollo del medicamento, su aprobación y su comercialización), el papel del seguro es primordial. Esto es así porque seguro quiere decir riesgo y la actividad farmacéutica, por definición, está sometida a un número importante y variado de riesgos.
Un fabricante farmacéutico, para empezar, necesita las típicas protecciones de daños que contrata cualquier otro fabricante, pues al fin y al cabo tiene factorías y equipos que se pueden dañar por muchas causas (atmosféricas, incendios). Aquí no hay gran novedad entre esta industria y otras. La mayor diferencia estriba en la responsabilidad civil de productos.
La responsabilidad civil es la reparación económica del daño que se puede causar a terceros. El riesgo de provocar daños es elevado en la industria farmacéutica, como bien demuestran los largos prospectos, llenos de advertencias, con los que acompañan siempre sus productos. En la mayor parte de los casos, además, se trata del más delicado (y caro) de los daños posibles, que es el daño corporal, el daño a las personas, y por esa razón que existe el seguro de responsabilidad civil de productos.
La responsabilidad civil es la reparación económica del daño que se puede causar a terceros
¿En qué casos protege la responsabilidad civil de productos a las farmacéuticas?
Las empresas farmacéuticas suelen contratar, como lo hacen otros productores, la denominada responsabilidad civil de producto, que es la que cubre frente a las responsabilidades económicas que puedan surgir por la distribución al mercado de partidas de un producto en mal estado. Aunque las rutinas de producción de la industria son muy exigentes, siempre existe el riesgo de que alguna partida no sea perfecta y por lo tanto pueda causar daños a quienes toman ese medicamento.
El principal mecanismo de seguridad en las medicinas, en todo caso, no es asegurador, puesto que proviene del exigente proceso de aprobación de los medicamentos por parte de las autoridades públicas. Pero un fabricante farmacéutico siempre tiene un programa de seguros que le cubra adicionalmente. Un campo en el que la protección es importante es el de los ensayos clínicos; una fase que muchas veces es necesaria para el desarrollo y la aprobación del medicamento, pero que por su propia esencia (es un ensayo) comporta ciertos riesgos.
Un fabricante farmacéutico siempre tiene un programa de seguros que le cubra adicionalmente
Al final, por lo tanto, el simple gesto de tomarse una pastilla para mitigar un molesto dolor es, en realidad, el resultado de un proceso muy complejo en el que han participado muchos profesionales altamente cualificados, procesos productivos sofisticados, una logística nada fácil y un proceso de desarrollo del medicamento en sí muy exigente; escalones todos ellos que, en la mayoría de los casos si no todos, se han visto protegidos por la industria aseguradora para cubrir o mitigar los riesgos inherentes a la labor.