Seguro de defensa jurídica, ¿qué cubre?
Problemas los hay de muchos tipos. Pero la mayoría estaremos de acuerdo en que un problema en el que debe intervenir un abogado no es cualquier problema. Termine o no en los tribunales (en realidad, es sólo una proporción muy pequeña la que termina en manos de los jueces), los problemas legales tienen casi siempre mucha miga; miga que, además, a la mayoría de nosotros se nos hace bola, porque no somos lo que se dice expertos en materias jurídicas. ¿Puede un seguro de defensa jurídica resolver esta situación?
Todavía no se ha inventado el seguro que nos pague la carrera de Derecho; pero el que sí está inventado, y con una notable tradición ya, es el seguro que pone a tu disposición a alguien que sí la ha estudiado, y que te puede ayudar con tus problemas: es el seguro de defensa jurídica o legal.
En España hay 3,2 millones de personas que tienen seguros de defensa jurídica, según las estadísticas oficiales. Esta cifra, sin embargo, no le hace toda la justicia que debe a la extensión de este aseguramiento, pues sólo en los contratos de seguros del automóvil hay más de 25 millones de coberturas de este tipo; que también tienen buena parte de los 19 millones de contratos de seguros del hogar.
3,2 millones de españoles tienen seguros de defensa jurídica
Esencialmente, el seguro de defensa jurídica funciona como otros seguros como el de salud: pone a tu disposición el profesional adecuado para resolver tu problema, en este caso de tipo legal. Lógicamente, su día a día a es el día a día de los problemas, dudas y necesidades que suelen tener las personas y están relacionados con el Derecho. Así, buena parte de los servicios del seguro de defensa jurídica se refieren a temas fiscales, matrimoniales, civiles (por ejemplo, herencias), conflictos de consumo, reclamaciones, etc.
La mayor parte de los servicios del seguro de defensa jurídica se refieren a temas fiscales, matrimoniales, civiles (por ejemplo, herencias), conflictos de consumo y reclamaciones
Algunos asuntos, como los conflictos y las gestiones relacionados con la comunidad de vecinos de la que se es miembro, son bastante habituales; como lo son, también, las reclamaciones de consumo. Pero el abanico es muy amplio y puede alcanzar a supuestos importantes como los casos en los que la familia se enfrenta a un caos de bullying del que está siendo víctima uno de sus hijos.
El seguro de defensa jurídica está, además, regulado de manera que se eviten conflictos de intereses por parte de la aseguradora y el servicio se preste en condiciones de calidad e independencia.
Seamos claros: tener un problema legal es un marrón. A lo mejor nadie puede evitar que lo tengas, pero, desde luego, lo que sí se puede conseguir es que sea más llevadero y te cause muchas menos angustias que si cargas con él por ti solo. Ésa es la función del seguro de defensa jurídica.