Seguro de viaje de larga estancia, ¿cómo funciona?
Viajar, viajamos todos, o casi todos; pero hay quien excede el concepto de viajero para convertirse en un auténtico trotamundos. Hablamos de quien ha hecho del viaje su sentido vital, ya sea por trabajo o por turismo. Pasar largos períodos de tiempo en extranjero implica riesgos que no están cubiertos por el seguro de viaje habitual, por eso se han creado los seguros de viaje de larga estancia. Te explicamos cómo funcionan:
Ya te hemos contado lo que es el seguro de viaje; y también te hemos contado que, según adónde te vayas a desplazar, no es ninguna mala idea que no te conformes con un seguro básico que tal vez te ofrezca tu agencia de viajes, sino que busques uno con unos buenos límites económicos y adaptado al tipo de problemas que se pueden presentar si tienes mala suerte en tus desplazamientos. Pero, claro, esto funciona razonablemente bien si vas a hacer un viaje. ¿Qué pasa si vas a hacer un montón de viajes o vas a estar en un lugar durante mucho tiempo?
Las aseguradoras de asistencia han resuelto este problema con la figura del llamado seguro de viaje de larga estancia. En esencia, un seguro de viaje de larga estancia es como un seguro de viaje normal, habitualmente muy completo. Su gran diferencia es que actúa a partir de un plazo a partir del cual se puede considerar que el viaje es de larga estancia: por ejemplo, tres meses.
Mediante un seguro de estos, pues, el cliente sigue protegido con las coberturas habituales, desde pérdidas de equipaje hasta los inevitables gastos médicos derivados de enfermedades o accidentes, sólo que lo está durante más tiempo. De esta manera, se evita el problema de que ese viajero impenitente tenga que andar buscando protección de seguro para cada uno de los desplazamientos, lo cual puede llegar a ser un engorro.
El seguro de viaje de larga estancia es un ejemplo más de la flexibilidad con la que el seguro se toma el tema de los plazos.
El seguro de viaje de larga estancia te protege en todos los destinos que visites en un período concreto de tiempo, tres meses por ejemplo
El seguro de viaje de larga estancia es un ejemplo más de la flexibilidad con la que el seguro se toma el tema de los plazos. Es cierto que la mayoría de los productos de seguros tienen periodos de vigencia estándar que son los que casi todo el mundo contrata, porque son los que casi todo el mundo necesita. Sin embargo, en casos como éste se ve cómo hay personas que tienen necesidades muy particulares y el seguro, desde luego, no los va a dejar tirados.
Un ejemplo claro de posible interesado en este tipo de figuras de aseguramiento es el estudiante desplazado, normalmente en el marco de un Erasmus. Tanto si tú eres ese estudiante como si eres su sufrido progenitor, deberías acordarte de que, entre las muchas cosas que es bueno que tu hijo se lleve en la maleta, entre las aspirinas y la ropa para toda época del año, sería bueno que se llevase la protección de un seguro de viaje de larga estancia.