Y el ganador es…
Un pequeño grupo de personas, mayoritariamente españoles, va a escuchar estas cuatro palabras seguidas de su nombre en las próximas horas. Se acerca la gala de los premios Goya, en la que esas personas serán premiadas por haber hecho una excelente labor fílmica durante el año pasado.
Todos ellos subirán al escenario contentos y emocionados, y todos ellos harán una breve intervención. En la mayoría de esas intervenciones se escucharán palabras de agradecimiento hacia personas e instituciones que han hecho posible que esos actores, directores, técnicos, especialistas, estén ahí recibiendo ese premio. Será difícil que esas palabras, sin embargo, se acuerden de uno de los colaboradores en la producción que, no pocas veces, la han hecho posible: el seguro.
El seguro está detrás de toda actividad de riesgo de negocio, toda actividad en la que se invierte un dinero para crear o fabricar algo. Su función es conseguir que, si ocurre algo a medio camino que da al traste con los planes iniciales, aparezca alguien, el asegurador, que restituya las pérdidas y le permita al inversor seguir adelante con su proyecto.
El seguro está detrás de toda actividad de riesgo de negocio
Esto, que es cierto para cualquier proyecto de inversión, lo es casi más que nunca en el caso de las producciones de cine pues, como saben bien directores y productores, son muchas las cosas que pueden pasar que pongan en peligro la finalización de una película o de una saga: desde la muerte de un actor (como ha ocurrido recientemente con Carrie Fisher) hasta averías, roturas de material, accidentes, eventos climáticos, problemas con los desplazamientos… No te olvides de que hay mucho maleante suelto y a veces el material de rodaje es objeto de robos.
Una cosa importante del seguro en general, pero desde luego en el caso de las producciones cinematográficas, es que no es necesario que ocurran los percances asegurados para que entendamos su utilidad. Para hacer una película hace falta que alguna gente meta dinero en la aventura, que a veces es bastante arriesgada.
El hecho de que haya una póliza de seguro añade confianza a esos inversores. Por esta razón, la existencia del seguro en sí, aun sin haber ocurrido nada malo, ya es un factor importante a la hora de hacer posible el proyecto.
Hay varios factores que pueden fastidiar el rodaje de una película: la muerte de un actor, averías, roturas de material o accidentes
Agarrar con ahínco y emoción, pues, el busto del pintor aragonés no depende sólo del apoyo de a madres, padres, hermanos y demás seres queridos. Que el metraje siga rotando depende, aunque muchos de los ganadores de un Goya lo desconozcan, de la red de seguridad financiera que pone el seguro debajo de cada producción. El seguro es, pues, el premiado invisible de esta gala.