¿Ya de vacaciones? Recuerda: al volante, siempre precaución
Estos días, quien no ha tirado ya de una maleta camino del avión, el tren, el autobús o el coche, está pensando en hacerlo. Muchos de nosotros nos moveremos en nuestro vehículo privado, camino del lugar donde pasaremos nuestras bien ganadas vacaciones. Es tiempo, pues, de hacer llamadas a la prudencia. Que no son llamadas exageradas ni innecesarias. Aunque las cosas han mejorado, seguimos teniendo que mantener la guardia bien alta.
¿Cuánto han cambiado? Pues la verdad es que han cambiado mucho. La serie histórica de los últimos 40 años relativa a la tasa de muertos en accidentes de tráfico en relación con la población casi nos permite pensar que hoy estamos en otro país. Nos hemos querido fijar, para observar dicha tasa, en uno de los colectivos que se tiene por más propensos a protagonizar colisiones: el de los jóvenes.
Pues bien, hay dos cosas que decir sobre este tema. La primera es que los jóvenes no son, en realidad, quienes registran una mayor tasa de mortalidad por motivo de la circulación en términos relativos. En el año 2019, por ejemplo, fallecieron en España por accidente de tráfico 4,7 personas entre 20 y 24 años de edad. Pero dicha tasa fue de 9,7 por 100.000, esto es, el doble, en el caso de las personas entre 80 y 84. En función del número de habitantes, pues, fallecen más personas de edad que personas jóvenes; una realidad que, además, siempre ha sido así.
La segunda cosa que hay que decir es que los jóvenes, en este caso el colectivo de personas entre 20 y 34 años de edad, han experimentado una reducción muy sustancial en su tasa de mortalidad. El conjunto de los jóvenes alcanzó su valor mayor en 1989. En dicho año fallecieron en accidentes de tráfico 31 jóvenes por cada 100.000 personas en esa franja de edad. Una ratio que se descompone en 50 por cada 100.000 para los hombres, y 10,6 para las mujeres. Desde entonces, la ratio ha descendido mucho. Lo ha hecho mucho más en el caso de los hombres, dado que partía de más arriba por así decirlo, y alcanzó un mínimo en 2014.
4 muertos por 100.000 habitantes para el conjunto, 6,6 para los hombres y 1,2 para las mujeres
Sí, ésa es la mala noticia: el mínimo se alcanzó hace unos siete años. Desde entonces, la ratio ha mostrado resistencia a seguir bajando y, de hecho, ha experimentado algunos ligeros repuntes.
Así pues, ya tenemos un reto aquí: no resignarnos a que la mortalidad, aunque baja, tiene un suelo. Si algo demuestran los tiempos más recientes es que el objetivo de siniestralidad cero es algo que no sólo podemos, sino que debemos ambicionar.