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¿Quién cubre los accidentes que provocan las fuerzas armadas y de seguridad?

Si eres aficionado a las series y películas de polis, habrás visto mil veces esa escena en la que los policías llegan a una casa y, al oír gritos en el interior, no se lo piensan dos veces y, a veces con el hombro, a veces con una patada, echan la puerta abajo y entran en la casa como la carga de la brigada ligera. Es algo que tienen que hacer para garantizar la seguridad e integridad de las personas; pero, ¿te has preguntado alguna vez quién paga esa puerta reventada?

Al Consorcio se lo conoce habitualmente por su labor como institución que asegura los riesgos llamados extraordinarios: catástrofes naturales o causadas por el hombre. Se suelen citar las inundaciones, los terremotos o el terrorismo. Sin embargo, a veces se olvida que, entre estos riesgos extraordinarios, también se encuentra el descrito con la frase «Actos cometidos por las Fuerzas Armadas (FFAA) y los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado (CFSE) en tiempos de paz». Esto viene a querer decir “en todo momento” porque en España hace ya unos añitos que no estamos en guerra con nadie.

El Consorcio cubre los actos cometidos por las Fuerzas Armadas y los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado en tiempos de paz

Esta cobertura extraordinaria opera dentro del territorio nacional, y ampara a las FFAA y a todas las fuerzas de seguridad, ya sean estatales, autonómicas o locales; eso sí, como siempre cuando se trata del Consorcio, la prestación se produce únicamente si el bien o la persona dañada estaban asegurados. El Consorcio se financia mediante recargos en los contratos de seguro y, consecuentemente, indemniza en el caso de existencia de seguro.

En realidad, además, la relación del Consorcio con los uniformados va incluso más allá. Esta institución, en efecto, suele ser el asegurador de los vehículos policiales, lo cual quiere decir que los daños que causen éstos (que, por ejemplo, en el marco de una persecución impacten contra un vehículo aparcado) también suele pagarlos el Consorcio.

La información disponible del propio Consorcio sobre las prestaciones por daños extraordinarios nos dice que en un año normalito, este tipo de percances viene a causar daños de varios centenares de miles de euros, con costes medios (factura por daño) que pueden ir desde los 1.000 hasta incluso los 8.000 euros; es decir, se trata de una protección de seguro eficiente y desde luego necesaria para quien sufre los daños indemnizados. En el año 1996 se produjo el máximo histórico de indemnizaciones del Consorcio, si te vas a preguntar por qué, que sepas que nosotros ya lo hemos hecho.

El 20 de mayo de 1996, la banda terrorista ETA preparó un atentado en Córdoba en el cual dos coches-bomba debían explotar al paso de un autobús con 25 militares dentro. Aunque ETA se cobró una víctima, el sargento Miguel Ángel Ayllón Díaz-González, los coches no explotaron en su momento. Fueron ya las fuerzas policiales las que tuvieron que proceder a la voladura controlada de los coches; pero, por muy controlada que fuese, cargados como iban de explosivos, causaron importantes daños materiales que el Consorcio indemnizó.

Pagos del Consorcio por los accidentes de las Fuerzas de Seguridad